Hoy en día contamos con muchas herramientas que nos permiten mejorar la salud bucodental. Una de las más utilizadas es la férula dental, y no solo para las personas que terminan un tratamiento de ortodoncia, también para remitir los efectos de otras patologías como es el caso del bruxismo.

Sabemos que existen muchos tipos de protectores bucales que incluso se venden en la farmacia, por eso creemos que es fundamental saber diferenciar entre una férula dental y un protector de este tipo, para así poder determinar qué es lo que más conviene a cada caso en particular.

¿Qué diferencia hay entre una férula dental y un protector bucal?

Ambas opciones tienen como finalidad proteger los dientes superiores e inferiores entre sí, es decir, supone una barrera física que protege de daños como fracturas o desgastes.

Las férulas, por su parte, se hacen a medida para cada paciente y están hechas de acrílico más duro que otros protectores. Es cierto que esto encarece el producto pero es mucho más efectivo cuando el objetivo es paliar los efectos del bruxismo.

Los protectores bucales se utilizan en algunos deportes de contacto como el boxeo, y su finalidad también es proteger los dientes, encías y labios. Están hechos de goma o plástico y suelen venderse en medidas estándar que después se ajustan con calor. 

Si necesitamos proteger la boca mientras practicamos algún deporte de este tipo u otra actividad similar, con el protector bucal nos será suficiente. Sin embargo, si tenemos otras afectaciones como bruxismo, es necesario hacer una férula a medida, que encaje a la perfección en nuestros dientes, y nos proteja.

En Clínica Bajo podemos estudiar tu caso y asesorarte sobre la mejor opción para ti. Nuestro equipo profesional te espera en el sur de Tenerife.

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Clínica Bajo
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