Los lunares forman parte de nuestro cuerpo y estamos acostumbrados a ellos. Hay quien tiene más y quien tiene menos; quién los tiene más visibles y para quien pasa desapercibidos, pero lo cierto es que todos estamos familiarizados con ellos. 

La principal recomendación respecto al lunar es tenerlo bajo vigilancia, pues aunque a priori no debemos preocuparnos por ellos, sí debemos consultar ante un dermatólogo si este crece, cambia de color o de forma. No obstante, en Clínica Bajo, tras todos estos años de experiencia, nos hemos dado cuenta de que existen muchos mitos relacionados con los lunares que desgraciadamente están muy extendidos y generan confusión. ¿Los desmitificamos?

Mitos sobre los lunares que parecen ciertos pero no lo son

Si un lunar crece, tenemos cáncer de piel. Como hemos dicho anteriormente, lo ideal es hacer un seguimiento de los lunares por si estos presentan cambios, en cuyo caso debemos consultar con un profesional, pero no significa que tengamos caso de piel, hay muchos otros motivos por los que un lunar puede crecer.

No pasa nada porque le crezca un lunar a un niño. Se cree que como el menor está creciendo, lo normal es que los lunares también lo hagan. Pues bien, el cuidado que se debe tener es el mismo para niños como para adultos.

El lunar en las manos o en la planta del pie siempre es maligno. Esta creencia es bastante popular pero no tiene fundamento médico. Si tenemos un lunar en alguna de estas partes del cuerpo debemos tener el mismo control que si estuviera en cualquier otro lugar.

Los lunares con relieve son malignos. Cuando decimos que debemos estar pendientes ante el cambio de tamaño o forma de un lunar incluimos su textura, pues siempre es recomendable acudir a un profesional para que lo valore. No todos los lunares con relieves son malignos, de hecho es más habitual de lo que pensamos tener un lunar verrugoso y es benigno. 

Rascarse un lunar puede convertirlo en maligno. Otro mito más, no existe relación alguna entre tocar un lunar y que este sea maligno.

Como hemos dicho a lo largo de todo el artículo, no debemos preocuparnos en exceso por los lunares, tan solo es necesario tener un seguimiento y preguntar a un auténtico profesional en caso de que percibamos algún cambio significativo.

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